Nosotros mismos.

Como hemos dicho en la anterior entrada no sólo existen fronteras físicas sino también las fronteras que nos ponemos a nosotros mismos.

Las condiciones que nos rodean muchas veces nos hacen sentir vulnerables. Y esto es así, en la vida nos encontramos continuamente con situaciones que a veces pensamos que no vamos a ser capaces de superar, y esto nos crea la frustración que es la aceptación de nuestra impotencia.

Somos nosotros mismos los que nos limitamos con los miedos a romper nuestros hábitos ya sean buenos o perjudiciales, esto es una barrera muy difícil de romper, tememos a la derrota y nos cuesta acabar con las metodologias que nos detienen.

Estamos esperando a que llegue el momento perfecto para dar el paso hacia el cambio, y ese momento nunca llega porque nos acomodamos a ese estilo de vida y nos creamos una frontera entre la vida real que tenemos con la vida que desearíamos tener.

¿Entendéis lo que quiere decir esta imagen? 

El primer obstáculo que nos encontramos somos nosotros mismos.